jueves, 2 de mayo de 2013



Los venezolanos y venezolanas estamos siendo testigo de cómo se ejecuta una conspiración para derrocar a un presidente legítimamente electo para complacer a las corporaciones internacionales, que sólo quieren echar mano de las riquezas de nuestra nación.


La figura visible, sigüí  del imperio norteamericano, que tiene la triste tarea de llevar a cabo este complot, es el ex candidato de la ultraderecha antichavista, Henrique Capriles Radonski, a quien le han prometido la presidencia de la República de lograr el objetivo.
La estrategia es desconocer a las instituciones del estado para romper con la gobernabilidad o hacer creer que ésta no existe, por un lado y por otro crear un clima de violencia de tal magnitud que obligue al Estado a tomar cartas en el asunto, para presentar ante el mundo a un gobierno “opresor” “violador de los derechos de las manifestantes a protestar contra el rrregimen”
Es por ello que en primera instancia el ataque fue contra el CNE. Solicitarle una auditoría, pero si aceptaba ponerle condiciones incumplibles para no reconocer que la auditoría del 46% restante no va a arrojar un resultado distinto al del 14 de abril pasado, cuando se auditaron el 54% de las máquinas de votación.
Capriles lo sabe, lo saben todos en la MUD, pero el plan es hacerse el pendejo y prueba de ello es que el candidano Henrique Capriles publicó en la Gaceta Oficial del Estado Bolivariano de Miranda, el dìa 15 de abril de 2013, su decisión de regresar a ocupar el puesto de Gobernador de la entidad, lo que significa dos cosas:  a) Capriles reconoce el triunfo de Nicolás Maduro y b) Que sabía antes de la elecciones que iba a perder, razón por la cual ordenó entre el viernes, sábado y el propio domingo que se publicara, en la Gaceta de la entidad, su decisión de retomar sus funciones como gobernador, ya que de haberlo ordenado el día lunes 15 (como quieren hacerlo creer) hubiese salido publicado el día martes, pues se necesita al menos un día para montar la publicación.
Ya fue descartado el CNE, pues arrancó la auditoría y ya todos saben cuál será el veredicto, ahora se enfila hacia el Tribunal Supremo de Justicia TSJ, con la intención de montar el segundo acto de su show. Capriles se presentará ante el TSJ con sopotocientas denuncias de supuestos fraudes, pero todos sabemos que son “chimbas” como lo catalogó el CNE cuando por “error” fueron presentadas ante el ente comicial, donde se le recordó al señor Capriles (abogado de profesión) que el encargado de recibir las denuncias era el Tribunal Supremo y no el CNE.
El excandidato pondrá en escena su segundo movimiento para desconocer la autoridad y descalificar al máximo tribunal de nación, con la intención (nuevamente) de colocar los tribunales internacionales por encima de la constitución y así vulnerar la soberanía de la nación.
Estamos frente a un golpe de estado lento pero continuo, donde todos los escenarios están fríamente calculados, pues el imperio norteamericano cree que tras la desaparición física del máximo líder de la revolución bolivariana, el Comandante Hugo Chávez, el chavismo se desmoronó y por tanto es la oportunidad de retomar el poder por la vía que sea y cueste lo que cueste.
Solo la unidad nacional podrá hacerle frente al imperialismo yankee y resguardar la soberanía que Chávez nos heredó.

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